dijous, 13 de març del 2014

El arte de quejarse

Me encanta quejarme. Creo que he llegado a un extremo en que es necesidad de vida. A veces acepto que me quejo por mero aburrimiento. Respirar o quejarme? Quejarme. Vivo indignada, eternamente indignada. Y me encanta. 
Para mi indignarse es como para Popeye las espinacas, como para Mourinho un follón, o como para un cura un niño. Adicción que hasta parece enfermedad. Quejarse es bueno, el problema es que en este país lo practicamos poco. No estas de acuerdo en algo? Quéjate. Abre las puertas y ventanas de tu interior. Airea ese olor a cerrado que tanto te molesta. Sacalo. No esperes a que alguien lo saque por ti. Déjate de represiones que ya no están de moda (ups).


Quejarse es sentirse vivo y sentirse vivo es hacer lo que quieres, porque quieres hacerlo, cuando quieres hacerlo y poder hacerlo.

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